Descripción
Saul Bellow escribió que «No hay nada demasiado extraño para ser verdad», y podríamos decir que esta historia le da la razón. Por ejemplo, sorprende que uno de los mayores empresarios de Europa quiera resolver la encrucijada en que se encuentra de una forma que sus abogados, sus asesores y hasta él mismo consideran absurda. Doscientos años le separan de quien puso los cimientos de un imperio comercial, doscientos años en que la dirección de las empresas ha pasado de padres a hijos. Una ley inamovible y también un problema si el heredero carece de la capacidad suficiente para pilotar una nave tan difícil.
A lo largo de una noche, en su pequeño palacio y rodeado por un bosque de magnolios, ese hombre rememora el confuso camino recorrido hasta llegar a la decisión final. Respetar esa ley no escrita y mantener a flote el entramado empresarial parece incompatible. ¿O no? En ocasiones el pasado necesita ser reconsiderado mil veces y tal vez borrado, eso cree, y al recorrer el suyo se encuentra con recuerdos en que se entremezclan sus triunfos profesionales, tantos, y sus fracasos sentimentales, no menos.
Pero llegará la mañana y entonces se dirigirá al encuentro de su mujer, de su hijo y de su nieto. También le esperará un coche para llevarlo al aeropuerto, y de inmediato volará hacia el final, para bien o para mal, de la aparente locura. ¿Aceptarán mi decisión?, sonríe al ver a los tres, tan tensos, aguardando en las escalinatas de la residencia principal de El Palacio. Por supuesto que sí, los conoce bien. Después todo dependerá de lo que ocurra en los siguientes días. Claro que, una vez más, el futuro oculta juegos que no podemos controlar. Quizá en ello radique la mejor parte de la vida.
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